Feb 13 2007

Oda a Aznar

Si les duele una muela se les corta la cabeza, si resisten, no quieren ser ricos y libres, se destruyen sus casas, escuelas y hospitales, si no valoran y aceptan nuestra cultura y libertad, se les mata. En Faluya, cuando la turba mata y descuartiza cuatro santos, la respuesta debe ser terrorífica, hay que cobrarse cien por uno, pasar a cuchillo los varones, viejos y mayores de 8 años, seducir y abandonar las mujeres y niñas pobres, terrorista es quien abre la puerta a un terrorista o le ve y no lo denuncia.

Cuando Aznar confiesa su ignorancia sobre la inexistencia de las armas de destrucción masiva en Irak, más que de sincero peca de humilde, y lo hace para no ofender con su suprema inteligencia a los vivos ni a los muertos a la mayor gloria del pueblo elegido por Dios.

Señor Ex-P. Su suprema sabiduría e inigualable destreza en el manejo del padel y la pluma agigantan su de por si alta estatura, proyectando “urbi et orbe” su excelsa figura de literato y estadista. No es adulación cuanto le digo -sin sonrojo alguno- es la expresión de mi más sincero y profundo reconocimiento por los inmensos beneficios que su lograda misión en tierras infieles le ha reportado a España, al destruir los rebaños de cabras asesinas y requisar la caca negra de los escarabajos metálicos.

En el futuro, cuando el mono erguido haya exportado su civilización a las más lejanas galaxias, los poetas seguirán glosando las hazañas del invicto stratega que creció a la sombra del Valle de los Caídos, forjo su espíritu nacional sobre los luceros y casó a su niña en el Escorial. Él estornudaba y temblaba la Pepa, se inclinaban los robles y oscurecía el sol.

[lee el artículo completo de Olivier Herrera “tio” aquí]

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