Cuando uno se preocupa por lo que hace…
Cuando uno se preocupa por aquello en lo que se gasta el dinero… ¡mucho dinero!
En estos casos uno está pendiente de que todo quede bien. Especialmente los pequeños detalles, que, después de todo, no son tan pequeños pues son la diferencia entre algo bello, atractivo -que desprende ese sabor de las cosas bien hechas y de satisfacción colectiva cuando se trata de algo de todos-, y algo chapucero, que te deja esa duda en el cuerpo ¿y esto ha costado tanto dinero? ¿Con tanto dinero como se han gastado, no ha habido ningún técnico que haya pensado que “esto no queda nada bien”? Pero si no hace falta ser ni ingeniero, ni arquitecto, ni nada de nada para darse cuenta de estos “pequeños detalles”.
Por ejemplo, vamos a analizar esta foto:
Esta esquina tiene un trozo de “bordillo” de piedra que de repente… se acaba:
Esta otra esquina (mismo cruce) no tiene bordillo, pero los adoquines que delimitan el cambio de pavimento estan perpendiculares mientras que en la anterior son paralelos al bordillo:
Sin salir de este mismo cruce, vemos esto:
Un ejercicio de alineación digno de mención. Además ¿Por qué el pavimento de la calle que sube es diferente del de la calle en primer plano, o del de la calle que gira a la derecha?
Por cambiar un poco, voy a desplazarme 50 metros de este punto para ver esto:
No, no me refiero a los dos vehiculos mal aparcados, me refiero al paso de cebra. Sí, ya sé que esta bien, muy bonito, ¿no iba a estar todo mal no?
Lo que pasa es que al llegar a este otro paso de cebra se les acabaron las rayas… pues no pasa nada… lo dejamos tal cual:
Cómo 50 metros es mucho caminar, y porque ya es hora de comer, lo voy a dejar aqui, pero no sin antes detenerme un momento en este monumento a la originalidad:
LA FAROLA PELUDA
Mucho se ha hablado en Alcalà de “las farolas de Vinuesa”, pero nadie negará la originalidad y atrevimiento de la Alcaldesa a la hora de erigir semejante monumeto a lo surrealista.
(A ver quién es el guapo que le quita la pelusa a esto…)