Oct 25 2006

Tristeza de ser

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Miedo, soledad, incertidumbre, enfermedad, desempleo, precariedad, despido libre, veinte días por año trabajado, sumisión, hipotecas. Desaparecieron hace tiempo las huelgas y las reivindicaciones. Todo debe estar en orden -el orden fijado por el mercado- o eso parece, ya que la conflictividad laboral ha desaparecido. Esta visto que todos andamos contentos -o alienados/ausentes hasta un grado jamás visto en Occidente- con los que tenemos. Nos conformamos. Valientes. Ocurrirá igual que con la inteligencia: nadie cree que necesita más. Sometidos por los gobiernos, aquellos históricos sindicatos de clase que construyeron la sólida alianza capital-trabajo de la socialdemocracia -el mal menor-, vegetan hoy formando cuadros para un lucha nueva, la mezquina lucha por el silencio cómplice y la gestión de los recursos públicos.

Asistimos sin remedio al fin de la política en Europa -en el sentido de un discurso creativo y transformador capaz de alterar el estado de las cosas y las relaciones de producción-, al ocaso de la reflexión colectiva como doxa en beneficio de una episteme de impresiones, desafueros y farsantes varios orquestados desde la mercadotecnia y sus acólitos…

Continúa la lectura de este artículo de María Toledano en Rebelión

 

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