Ago. 30 2009

¿Y si se acaba la pesca?

Visto en Costas Saludables

¿Y si se acaba la pesca?¿qué ocurriría?. Seguramente alguno se haya planteado alguna vez esta pregunta, la cual no cabe duda tiene difícil respuesta.

No obstante hay quien se la ha planteado e incluso la ha plasmado en un documental. Éste tiene por nombre “The end of line”, dirigido por Rupert Murray y grabado en lugares como Gibraltar, Senegal o Malta.

Los científicos predicen que, de continuar la actividad del sector pesquero mundial al ritmo actual, el final de buena parte de las especies marinas se producirá en torno al año 2048, según revela el documental The end of the line.

El documental relata cómo el incremento de la demanda del bacalao del Norte llevó a esquilmar la mayor población mundial de esta especie en Alaska, explica cómo las nuevas tecnologías de las flotas de altura no dejan escapatoria a los bancos de peces o de qué manera la acuicultura como solución es un mito ya que es necesario pescar para alimentar a las crías de estas “granjas”.

La directora de Educación de Palma Aquarium, Deborah Morrison, asegura que la situación “bastante crítica” de las pesquerías que denuncia el documental “no es algo reciente”, pero sí es un problema “desconocido para el gran público”.

La película aborda la inminente extinción del atún provocada por la demanda creciente de sushi o el impacto sobre la vida marina de la superpoblación de medusas y reflexiona sobre las profundas implicaciones de un futuro sin pescado que podría generar hambrunas.

Este documental reparte la responsabilidad entre los consumidores que compran especies en peligro sin saberlo, los políticos que ignoran las advertencias de los científicos y los pescadores que incumplen las cuotas y la normativa, así como a la industria pesquera mundial por la lentitud en su reacción “que está acelerando el desastre”.

Morrison es partidaria de la “aplicación inminente” de medidas como un incremento de las reservas marinas y el cumplimiento estricto de la normativa y la cuotas pesqueras existentes, pero reclama también mayor concienciación ciudadana.

The end of the line, que fue estrenada en el Festival de Sundance en enero, llegará a las pantallas españolas en octubre, en una versión doblada por el actor Antonio Banderas.

Trailer de la película:


Ene. 28 2009

Los océanos se mueren

Aumentan las zonas muertas en los océanos por la falta de oxígeno, despojando a los océanos de los nutrientes necesarios y aumentando la mortalidad

[Público]

Un calentamiento global podría dejar a los moradores de los océanos sin aliento. Un equipo de investigación danés ha demostrado que este hecho provoca un incremento de las zonas muertas, áreas oceánias con baja calidad de oxígeno. Como consecuencia de este aumento de las zonas muertas, los océanos carecerán de los nutrientes necesarios y las formas de vida superior, como los peces, podrían no ser capaces de sobrevivir.

En las regiones costeras, estas zonas muertas pueden estar provocadas por un exceso de fertilizantes de la agricultura escurridos al mar. Por ello, la recuperación de estas zonas pasaría por un mayor control del uso de fertilizantes. Sin embargo, la ampliación de las zonas de bajo oxígeno provocadas por la quema de combustibles fósiles y el calentamiento global seguirán así durante miles de años, afectando negativamente al futuro de la pesca y a los ecosistemas marinos.

“Esta expansión de las zonas muertas de los océanos llevará a aumentar la frecuencia y la gravedad de la mortalidad de peces y mariscos”, explica el profesor Gary Shaffer, del Niels Bohr Institute de la Universidad de Copenhage, que encabeza el equipo de investigación del Danish Center for Earth System Science (DCESS), en un documento sobre el agotamiento del oxígeno del océano como respuesta a las emisiones de dióxido de carbono de los combustibles fósiles, publicado en Nature Geoscience.

Debilitación de la circulación oceánica

Para constatar este efecto, el profesor Shaffer realizó numerosas proyecciones que se extienden a 100.000 años en el futuro, junto con numersos científicos experimentados, como el oceanográfico Sreffen Olsen. “Si como en muchos modelos de simulación del clima, la circulación oceánica se debilita enormemente en respuesta al calentamiento global, estas zonas de mínimo oxígeno se ampliarán aún más, invandiendo las profundidades de los océanos”, añade Shaffer.

Pero las consecuencias del calentamiento global van más allá. Como consecuencia del proceso de desnitrificación, estas zonas muertas son despojadas de los nutrientes esenciales para los océanos. A su vez, esto cambiaría la producción biológica en la iluminación de las capas superficiales del océano hacia las especies de plancton que son capaces de fijar el nitrógeno disuelto libre. Esto conduciría a grandes e imprevisibles cambios en la estructura de los ecosistemas oceánicos, además de otras modificaciones que pueden derivarse de la acidificación de los océanos, la otra gran consecuencia oceánica de la alta concentración de dióxido de carbono por la quema de combustibles fósiles.

En este sentido, el profesor Shaffer advierte que “el futuro de los oceános como gran reserva de comida podría ser más incierto. Es necesario que las próximas generaciones reduzcan las emisiones de combustibles fósiles para limitar el agotamiento del oxígeno, la acidificación y sus efectos adversos a largo plazo”.


Ene. 23 2009

Canarias abandona sus bosques submarinos

El Gobierno regional rebajará el grado de protección de las praderas subacuáticas

César-Javier Palacios [Público]

Las praderas submarinas de Canarias, uno de los principales puntos calientes de la biodiversidad marina, están en peligro. Es una categórica afirmación en la que están de acuerdo tanto las organizaciones ecologistas como los científicos, pero que rechaza de plano el Gobierno canario.

Para la Administración regional la extensión de los sebadales, como se conoce a estos bosques marinos, es el doble de lo que se pensaba. Y por eso ha decidido rebajar su rango de protección de la segunda categoría, “sensible a la alteración de su hábitat”, a la cuarta y última, “de interés especial”.

Bajo tan sorprendente desacuerdo subyacen las dificultades de políticos y empresarios para desarrollar importantes proyectos de puertos comerciales y deportivos en el Archipiélago, entorpecidos por la presencia de estas comunidades acuáticas férreamente protegidas. Así ha pasado en Lanzarote y en Fuerteventura pero, según la asociación Ben Magec-Ecologistas en Acción, ahora la auténtica razón de la pérdida de protección es la de dar luz verde definitiva a la construcción del puerto de Granadilla, en el sur de Tenerife.

Un gran polígono industrial se levanta ya en el lugar elegido para ubicar la gran infraestructura portuaria. Inicialmente, la Autoridad Portuaria y el Gobierno de Canarias afirmaron que en esa costa no había sebadales. Pero tras numerosas denuncias a Europa, ahora dicen lo contrario, que son tan extensos como vulgares. A pesar de afectar la obra a dos Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), la Unión Europea ha dado luz verde al proyecto tras recibir unos polémicos informes del Gobierno español que justifican la intervención ante el supuesto colapso del puerto de Santa Cruz de Tenerife.

El último obstáculo

De esta forma, se superará el último escollo que le quedaba al puerto de Granadilla para comenzar a construirse: la presencia de los sebadales en el catálogo canario deespecies amenazadas.

Frente a las protestas ecologistas, sus promotores prometen medidas compensatorias “pioneras”, como el trasplante de este sebadal fuera de la zona de afección del muelle. Pero para Carlos Espinosa, portavoz en Tenerife de Ben Magec-Ecologistas en Acción, el trasplante es, además de imposible, una estupidez. “Es como si quisieran llevarse un encinar de Madrid a Dinamarca; hasta los niños entienden que algoasí no se puede hacer”.

Lo mismo opina el botánico Wolfredo Wildpret y el más de medio centenar de profesores universitarios que han firmado un manifiesto por la protección de los sebadales, en el que advierten que rebajarles la protección a estos ecosistemas es “condenarlos a la desaparición”.

Biodiversidad bajo la superficie del mar

1. Aguas limpias

Una de las funciones esenciales de estas praderas submarinas es la de depuración de las aguas gracias a su producción de oxígeno, el reciclaje de nutrientes, la prevención de la erosión o la protección de la línea costera y de las playas.

2. Guardería de peces

Reductores del efecto invernadero, los sebadales tienen también importancia para la pesca, ya que funcionan como auténticas guarderías de los alevines.

3. En regresión

Según la organización ecologista Oceana, la destrucción de estos bosques subacuáticos es superior a la de las selvas tropicales. En apenas dos décadas han desaparecido unos tres millones y medio de hectáreas, el 20% de su extensión mundial.


Ene. 03 2009

La Gran Barrera de Coral australiana para de crecer a causa del calentamiento del mar

La caída sin precedentes está causada por el calentamiento del agua de los mares y el aumento de la acidez que se deriva de la subida de dióxido de carbono en la atmósfera

[Público]

El crecimiento de la Gran Barrera de Coral de Australia, una de las de mayor riqueza biológica del mundo, ha descendido un 14% desde durante los últimos 19 años. El hecho pone en peligro su supervivencia, según un estudio publicado por el Instituto Australiano de Ciencias Marinas.

Dicho estudio destaca que la caída sin precedentes del crecimiento de los corales en la famosa barrera situada en la costa oriental de Australia, en el estado de Queensland, está causada por el calentamiento del agua de los mares y el aumento de la acidez que se deriva de la subida de dióxido de carbono en la atmósfera.

“Durante 400 años (el crecimiento de los corales) ha sido estable, hubo pequeñas caídas, mientras que ahora estamos experimentando una caída constante”, apunta el experto del Instituto, Glenn Death, en un comunicado.

Según el científico australiano, la situación en la barrera empezó a variar en 1990, cuando se detectó una caída del crecimiento del 0,3% y una menor calcificación en los corales.

“De continuar esta misma tendencia los corales de la barrera dejarán de crecer en 2050″, apunta el experto en su informe.

Pos su parte la coautora del estudio, Janice Lough, observó que “es muy preocupante que estos cambios sean ya tan evidentes, con los cambios climáticos relativamente modestos observados hasta el momento, y en el ecosistema de arrecifes coralinos mejor protegido y gestionado del mundo”.

Además del incremento de las temperaturas, como consecuencia del calentamiento global, la absorción oceánica del dióxido de carbono atmosférico es un grave problema para los 2.600 arrecifes que forman la barrera coralina, recoge el estudio publicado por la revista científica Science.

Death explica que el proceso por el que el océano absorbe el dióxido de carbono hace que aumenten los niveles de acidez en el agua del mar, y esta mayor acidez frena la calcificación de los corales, indispensable para que crezcan.

En su estudio, los autores explican que los corales adquieren dureza mediante absorción de los materiales que se disuelven en el agua del mar, y que cuando grandes cantidades de dióxido de carbono atmosférico llegan al agua del mar, los cambios químicos resultantes reducen la capacidad de estos organismos marinos de formar sus esqueletos.

“Los esqueletos de los corales son el núcleo de los ecosistemas de arrecifes. Su gran complejidad ofrecen un hábitat para miles de especies de plantas y animales asociadas con el arrecife”, añade el estudio científico.

Varios experimentos realizados con anterioridad en laboratorio sirvieron para conocer que la calcificación se reduciría a causa del incremento de la acidez, pero el nuevo estudio del Instituto es el primero que demuestra que la falta de calcificación de los corales de la barrera es ya un hecho.

Para realizar el estudio se analizaron también las estadísticas sobre crecimiento el anual de los corales de 69 arrecifes de toda la Gran Barrera durante los últimos 400 años.


Feb. 26 2008

La devastación de la pesca de arrastre, visible desde el espacio

En esta imagen de las aguas del Golfo de México tomada por un satélite Landsat en 1999, los barcos arrastreros pueden verse como pequeños puntos brillantes al final de las estelas de los sedimentos. (otros puntos brillantes fijos se corresponden con plataformas petrolíferas fijas)

Haz clic sobre la imagen para ver la noticia completa (en inglés).


Feb. 14 2008

La desaparición de manglares alcanza un nivel alarmante

Desde 1980 se ha destruido el 20% de su superficie, aunque el ritmo se ha reducido.

Los daños económicos y medioambientales causados por la alarmante pérdida de manglares en muchos países son una cuestión que debe ser abordada con urgencia, advirtió hoy la FAO en un llamamiento por una mejor protección y programas de gestión para los manglares.

El planeta ha perdido alrededor de 3,6 millones de hectáreas de manglares desde 1980, lo que equivale a una pérdida alarmante del 20 por ciento del área total, según un reciente estudio de evaluación de manglares de la FAO titulado “Los manglares del mundo 1980-2005”.

Según el informe, el área total de manglar disminuyó de 18,8 millones de hectáreas en 1980 a 15,2 millones de ha en 2005. Sin embargo, ha habido una disminución en el ritmo de pérdida de manglares: de unas 187 000 ha destruidas anualmente en los años 80 a 102 000 ha anuales entre 2000 y 2005, reflejo de una mayor concienciación del valor de estos ecosistemas.

Los manglares son importantes zonas húmedas forestales y la mayoría de los países han prohibido su conversión para la acuicultura y evalúan el impacto medioambiental antes de utilizar las áreas de manglares para otros fines”, aseguró Wulf Killmann, Director de la División de los Productos y Economía Forestales de la FAO, con motivo del Día Mundial de los Humedales (2 de febrero de 2008).

“Ello ha conducido a una mejor protección y gestión de los manglares en algunos países. Pero en conjunto, la pérdida de estos bosques costeros continúa siendo alarmante. La tasa de pérdida de manglares es significativamente más alta que la pérdida de cualquier otro tipo de bosques. Si continúa, su deforestación podría conllevar graves pérdidas en la biodiversidad y en los medios de subsistencia, además de la intrusión salina en las áreas costeras y la acumulación de sedimentos en los arrecifes de coral, puertos y rutas de navegación. El turismo también sufrirá las consecuencias. Los países deben comprometerse a una conservación más eficaz y la gestión sostenible de los manglares y otros ecosistemas húmedos”, añadió Killmann.

La destrucción continúa

Asia sufrió la mayor disminución neta de manglares desde 1980, con más de 1.9 millones de hectáreas destruidas, fundamentalmente debido a cambios en el uso de la tierra. América del Norte y Central y África también contribuyeron significativamente a la disminución del área de manglar, con pérdidas de unas 690 000 y 510 000 hectáreas respectivamente en los últimos 25 años.

A nivel nacional, Indonesia, México, Pakistán, Papua Nueva Guinea y Panamá registraron las mayores pérdidas de manglares durante los años 80. En este grupo de países desaparecieron cerca de un millón de hectáreas: una extensión comparable a la de Jamaica. En los 90, Pakistán y Panamá consiguieron reducir su tasa de pérdida de manglares. En cambio, Viet Nam, Malasia y Madagascar sufrieron una mayor deforestación y pasaron a formar parte de los cinco países con mayores pérdidas de área de manglar en la década de los 90 y en el período 2000-2005.

La FAO citó la alta presión demográfica, la conversión a gran escala de las zonas de manglares para la cría de peces y camarones, la agricultura, las infraestructuras y el turismo, además de la polución y los desastres naturales, como las principales causas de la destrucción de los manglares.

Bien protegidos

“En el lado positivo, una serie de países ha experimentado un aumento del área de manglar con el paso del tiempo, incluyendo Bangladesh”, dijo Mette Wilkie, Oficial Superior Forestal. “Parte de la mayor área de manglares del mundo –añadió-, la reserva forestal de Sundarbans en Bangladesh, está bien protegida, y no se han producido grandes cambios en su extensión en estas últimas décadas, aunque se registraron algunos daños en los manglares tras el reciente ciclón de 2007. En Ecuador, el abandono de los estanques y las estructuras dedicadas a cría de camarones y la producción de sal condujo a la reconstrucción de varias áreas manglares”, apuntó.

Los manglares son bosques perennes resistentes a la sal que se extienden a lo largo de los litorales, lagunas, ríos o deltas de 124 regiones y países tropicales y subtropicales, protegiendo el área costera de la erosión, los ciclones y el viento. Los manglares son ecosistemas importantes que suministran agua, comida, forraje, medicina y miel. También son hábitats para muchos animales como cocodrilos y serpientes, tigres, ciervos, nutrias, delfines y pájaros. Una amplia variedad de peces y mariscos dependen también de estos bosques costeros y los manglares ayudan a proteger a los arrecifes de coral de los sedimentos de las tierras altas. Indonesia, Australia, Brasil, Nigeria y México representan conjuntamente el 50 por ciento del área total de manglar de todo el planeta.

La evaluación sobre los manglares del mundo 1980-2005 fue preparada en colaboración con especialistas de todo el mundo y fue cofinanciada por la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT). La FAO y la OIMT están trabajando actualmente con la Sociedad Internacional de Ecosistemas de Manglares y otras organizaciones asociadas para producir un Atlas Mundial de los Manglares que se publicará en este mismo año.

Para más información: www.fao.org


Ene. 18 2008

Pesca de arrastre, una historia de dos lugares

Les Watling de la Universidad de Hawaii, compara en éste vídeo dos lugares, el primero arrasado por las redes de arrastre y el segundo un fondo no alterado (todavía).

Como el formato del vídeo es un poco raro os pongo el link aquí (un poco de paciencia; le cuesta un poco cargarse pero se ve bien).


Ene. 05 2008

En 2050 la acidez de los mares podría haber acabado con el 98% de los arrecifes del mundo

Ian Sample

The Guardian (traducido por Globalizate)

La mayor parte de los arrecifes coralinos del mundo están en peligro de desaparecer por el incremento de los niveles de gases tipo invernadero, advirtieron ayer varios científicos. Investigadores de Gran Bretaña, Estados Unidos y Australia, que trabajan con equipos de la ONU y el Banco Mundial, expresaron su preocupación después de que un estudio revelara que en el año 2050 el 98% de los arrecifes del mundo pueden ser demasiado ácidos para que los corales sigan creciendo.

La pérdida de los grandes arrecifes coralinos tendría un efecto devastador sobre numerosas comunidades, muchas de las cuales basan su existencia en los peces y otros tipos de vida marina que tienen su refugio en los arrecifes. Dejarían litorales sin protección contra la fuerza de las tormentas y dañarían los ingresos, a veces decisivos, procedentes del turismo. Una de las primeras víctimas de la acidificación de los océanos sería el gran arrecife barrera coralino de Australia, la más grande de las estructuras orgánicas del mundo.

Los océanos absorben aproximadamente una tercera parte de los 20.000 millones de toneladas de dióxido de carbono producidas cada año por la actividad humana. Aunque esto ayuda a ralentizar el calentamiento global, al quitar gas de la atmósfera, en el agua del mar se disuelve para formar ácido carbónico, cuyo nivel, al elevarse, es la causa de la disolución de los carbonatos. Uno de estos minerales, la aragonita, es utilizado por los corales y otros organismos marinos para el crecimiento de esqueleto. Este mineral es particularmente susceptible al ácido carbónico. Sin él, los corales se vuelven quebradizos y son incapaces de crecer y de reparar los daños causados por los peces, otros animales y la erosión natural.

Los científicos utilizaron simulaciones informáticas para modelizar niveles de aragonita en los océanos del mundo desde épocas preindustriales, cuando los niveles atmosféricos de dióxido de carbono eran de 280 partes por millón. Los niveles actuales de dióxido de carbono son de 380 partes por millón (ppm), pero los científicos esperan que esa cifra suba sustancialmente a finales de siglo.

El equipo examinó tres escenarios basados en las predicciones de emisiones de gases de efecto invernadero hechas por el Intergovernmental Panel on Climate Change de la ONU. El primero supone que el dióxido de carbono atmosférico se mantiene en los niveles actuales, lo que conduce a un incremento de temperatura de un grado a finales de siglo. En este escenario queda suficiente aragonita en los océanos para que los corales sigan creciendo.

El segundo escenario examina el efecto de niveles de dióxido de carbono de entre 450 y 500 ppm, lo que produciría un incremento de la temperatura global de 2 grados centígrados. En estas condiciones, solamente sobrevivirían los animales y corales muy duros.

En el peor escenario, cuando los niveles de dióxido de carbono se elevan por encima de 500 ppm, los modelos predecían un incremento de 3 grados centígrados y un importante incremento de la acidez de los océanos, causando la desaparición de la mayoría de los corales. El estudio aparece en Science.

“Antes de la revolución industrial, más del 98% de los arrecifes coralinos de agua templada estaban bañadas por aguas oceánicas con una saturación de aragonita de 3,5, lo que significa que los corales podían extraerlo fácilmente para crear los arrecifes”, dijo Long Cao, coautor del estudio perteneciente a la Carnegie Institution de Stanford. “Si el dióxido de carbono atmosférico se estabiliza en 550 ppm, e incluso para lograr eso haría falta un esfuerzo internacional concertado, no quedarían arrecifes de coral en ese entorno”.

Peter Mumby, ecólogo especialista en corales de la Exeter University, que colaboró en el estudio, afirmó: “Los arrecifes ayudan a proteger los literales de los daños de las tormentas y actúan como amortiguadores, por lo que sin ellos las tormentas llegarían finalmente a la costa”.

Bajo amenaza

Filipinas: uno de los centros coralinos más amenazados, sus arrecifes han de hacer frente a los daños derivados de la contaminación y las escorrentías causadas por la deforestación.

Golfo de Guinea: alrededor de 20 km cuadrados de arrecifes entre cuatro islas frente a la costa africana que están bajo la amenaza del desarrollo del litoral y la cosecha de corales.

Islas Sunda: parte del triángulo de coral, una de las áreas costeras con mayor diversidad. Amenazados ya por la pesca destructiva y el comercio de peces que tienen los arrecifes como hábitat.

Islas Mascareñas: los arrecifes que rodean las islas de Mauricio, Reunión y Rodríguez en la zona meridional del Océano Índico están amenazados por la contaminación de la industria del azúcar de caña y el desarrollo agrícola.

Este de Sudáfrica: junto a Cabo Floristic, este pequeño arrecife también está en situación de riesgo por la sobrepesca y el turismo.

Noticia original en The Guardian