Ene. 18 2008

Pesca de arrastre, una historia de dos lugares

Les Watling de la Universidad de Hawaii, compara en éste vídeo dos lugares, el primero arrasado por las redes de arrastre y el segundo un fondo no alterado (todavía).

Como el formato del vídeo es un poco raro os pongo el link aquí (un poco de paciencia; le cuesta un poco cargarse pero se ve bien).


Ene. 15 2008

La triste historia del tiburón que se quedó sin aleta

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Se ha disparado el ‘finning’: pescar el tiburón, cortarle la cola, y devolverlo al mar

PANCHO TRISTÁN - Santiago de Compostela

Público.es

Esta historia son dos. Por una parte, la de la aleta por la que muere el pez. La sopa de aleta de tiburón es una delicia tradicional de la comida china. Y el desarrollo económico del país asiático ha provocado un crecimiento en la demanda de este producto hasta el punto de que se pagan hasta 700 dólares por kilo en el mercado de Hong Kong, más del triple de lo que costaban los percebes más caros en los mercados gallegos durante la pasada Nochebuena –130 euros–. Con el precio se ha disparado el finning, la práctica de pescar el tiburón, cortarle la cola y devolver al mar el cadáver amputado.

Por otra parte, también es la historia de un grupo ecologista –Oceana– que asegura que hay barcos españoles lucrándose con este negocio, y de unos armadores que dicen que no, que ellos son los primeros interesados en que se regule la pesca del tiburón, dejando una sentencia para el catálogo de la firmeza: “No vamos a permitir que nadie nos quite la bandera de la defensa del tiburón”.

La frase es Joaquín Cadilia, vicepresidente segundo de la Confederación Española de Pesca (Cepesca). Dice Cadilia que los barcos españoles son los que llevan más tiempo desarrollando la pesca del escualo, que no practicaron ni practicarán finning. El armador trata de evitar, así, las acusaciones, pero insinúa que hubo flotas de otros países que sí lo practicaron. Y pide regulación para las capturas de tiburón: “si no se regula no hay sostenibilidad, ni hay industria, ni hay negocio”.

“Peligro crítico”

El panorama, según las investigaciones de Oceana, es más que complicado. Hay especies de tiburón, como la mielga, que corren “peligro crítico”, aseguran, en determinados caladeros. También, especies como el marrajo, que están entre las preferidas de los barcos pesqueros españoles, se encuentran en peligro de extinción en determinadas zonas.
Su desaparición sería dramática para los ecosistemas de los que forman parte. La investigadora marina Rebeca Greenberg aferra su discurso a la gravedad de la situación: “porque el tiburón está en la cima de la cadena trófica o alimentaria, es determinante en la población de sus presas”. Donde desaparecen los tiburones puede alterarse el equilibrio de los ecosistemas marinos.

Para Greenberg, “la sobrepesca es la principal causa” del problema. Según un estudio realizado en 2006 por organizacionesecologistas chinas y estadounidenses, el 35% de los chinos asegurabahaber comido sopa de aleta de tiburón el año anterior.

Explica la investigadora de Oceana que tres barcos españoles fueron sorprendidos descargando en puertos internacionales tiburones para cuya pesca no estaban autorizados. Entre los que cita está el Mariané. Y el portavoz de los armadores dice a Público desde el otro lado del teléfono: “Yo soy el armador y el capitán de pesca del Mariané”.

Cadilia asegura que Oceana acusa al Mariané de haber descargado tiburón porque atracó en Tahití en el mes de noviembre. “Fuimos a cargar combustible, el barco no lo descargamos hasta hace unos días”.

Y Cadilia insiste en que la flota española tiene una gran tradición en la pesca del tiburón en el mundo entero, en que se han dirigido a las autoridades españolas, a las comunitarias y a los organismos de control pesquero, para pedir que se regulen la captura del tiburón. “Incluso hubo gente de WWF participando en reuniones con nosotros.

Trabajamos muy de la mano de expertos oceanógrafos, por eso me preocupa el trato que se le está dando a este asunto. La aleta sólo es el 10% del tiburón, y el resto es una carne muy rica en proteínas que tiene mucha entrada en determinados mercados, aunque es cierto que no tiene mucha entrada en algunos asiáticos. Pero ningún barco español practica finning”.

Regulación inmediata

Hay una coincidencia de fondo entre armadores y ecologistas. Unos piden que se regulen las capturas y otros que se reduzcan. Hay 170 barcos españoles dedicados a la pesca de este escualo. “Somos los primeros en querer regular. –insiste Cadilia– No vamos a dejar que nadie nos coja la bandera de la sostenibilidad”.

Mientras tanto, Ocena pide más atención para el escualo, y recomienda que se ponga en marcha un plan de acción europeo para los tiburones”. Si armadores y ecologistas están realmente de acuerdo, el pez está ahora en las redes de los políticos.


Ene. 05 2008

En 2050 la acidez de los mares podría haber acabado con el 98% de los arrecifes del mundo

Ian Sample

The Guardian (traducido por Globalizate)

La mayor parte de los arrecifes coralinos del mundo están en peligro de desaparecer por el incremento de los niveles de gases tipo invernadero, advirtieron ayer varios científicos. Investigadores de Gran Bretaña, Estados Unidos y Australia, que trabajan con equipos de la ONU y el Banco Mundial, expresaron su preocupación después de que un estudio revelara que en el año 2050 el 98% de los arrecifes del mundo pueden ser demasiado ácidos para que los corales sigan creciendo.

La pérdida de los grandes arrecifes coralinos tendría un efecto devastador sobre numerosas comunidades, muchas de las cuales basan su existencia en los peces y otros tipos de vida marina que tienen su refugio en los arrecifes. Dejarían litorales sin protección contra la fuerza de las tormentas y dañarían los ingresos, a veces decisivos, procedentes del turismo. Una de las primeras víctimas de la acidificación de los océanos sería el gran arrecife barrera coralino de Australia, la más grande de las estructuras orgánicas del mundo.

Los océanos absorben aproximadamente una tercera parte de los 20.000 millones de toneladas de dióxido de carbono producidas cada año por la actividad humana. Aunque esto ayuda a ralentizar el calentamiento global, al quitar gas de la atmósfera, en el agua del mar se disuelve para formar ácido carbónico, cuyo nivel, al elevarse, es la causa de la disolución de los carbonatos. Uno de estos minerales, la aragonita, es utilizado por los corales y otros organismos marinos para el crecimiento de esqueleto. Este mineral es particularmente susceptible al ácido carbónico. Sin él, los corales se vuelven quebradizos y son incapaces de crecer y de reparar los daños causados por los peces, otros animales y la erosión natural.

Los científicos utilizaron simulaciones informáticas para modelizar niveles de aragonita en los océanos del mundo desde épocas preindustriales, cuando los niveles atmosféricos de dióxido de carbono eran de 280 partes por millón. Los niveles actuales de dióxido de carbono son de 380 partes por millón (ppm), pero los científicos esperan que esa cifra suba sustancialmente a finales de siglo.

El equipo examinó tres escenarios basados en las predicciones de emisiones de gases de efecto invernadero hechas por el Intergovernmental Panel on Climate Change de la ONU. El primero supone que el dióxido de carbono atmosférico se mantiene en los niveles actuales, lo que conduce a un incremento de temperatura de un grado a finales de siglo. En este escenario queda suficiente aragonita en los océanos para que los corales sigan creciendo.

El segundo escenario examina el efecto de niveles de dióxido de carbono de entre 450 y 500 ppm, lo que produciría un incremento de la temperatura global de 2 grados centígrados. En estas condiciones, solamente sobrevivirían los animales y corales muy duros.

En el peor escenario, cuando los niveles de dióxido de carbono se elevan por encima de 500 ppm, los modelos predecían un incremento de 3 grados centígrados y un importante incremento de la acidez de los océanos, causando la desaparición de la mayoría de los corales. El estudio aparece en Science.

“Antes de la revolución industrial, más del 98% de los arrecifes coralinos de agua templada estaban bañadas por aguas oceánicas con una saturación de aragonita de 3,5, lo que significa que los corales podían extraerlo fácilmente para crear los arrecifes”, dijo Long Cao, coautor del estudio perteneciente a la Carnegie Institution de Stanford. “Si el dióxido de carbono atmosférico se estabiliza en 550 ppm, e incluso para lograr eso haría falta un esfuerzo internacional concertado, no quedarían arrecifes de coral en ese entorno”.

Peter Mumby, ecólogo especialista en corales de la Exeter University, que colaboró en el estudio, afirmó: “Los arrecifes ayudan a proteger los literales de los daños de las tormentas y actúan como amortiguadores, por lo que sin ellos las tormentas llegarían finalmente a la costa”.

Bajo amenaza

Filipinas: uno de los centros coralinos más amenazados, sus arrecifes han de hacer frente a los daños derivados de la contaminación y las escorrentías causadas por la deforestación.

Golfo de Guinea: alrededor de 20 km cuadrados de arrecifes entre cuatro islas frente a la costa africana que están bajo la amenaza del desarrollo del litoral y la cosecha de corales.

Islas Sunda: parte del triángulo de coral, una de las áreas costeras con mayor diversidad. Amenazados ya por la pesca destructiva y el comercio de peces que tienen los arrecifes como hábitat.

Islas Mascareñas: los arrecifes que rodean las islas de Mauricio, Reunión y Rodríguez en la zona meridional del Océano Índico están amenazados por la contaminación de la industria del azúcar de caña y el desarrollo agrícola.

Este de Sudáfrica: junto a Cabo Floristic, este pequeño arrecife también está en situación de riesgo por la sobrepesca y el turismo.

Noticia original en The Guardian


Ene. 02 2008

El 80% de los residuos que hay en los océanos se arrojó en tierra firme

La ingestión de esta basura afecta sobre todo a aves marinas y tortugas

Por VANESSA SÁNCHEZ*

MADRID.- Esta imagen de la Fundación de Investigación Marina Algalita fue tomada en el atolón Kure, en Hawai. Los expertos de esta organización estadounidense especializada en la contaminación con plásticos de los océanos afirman que, si bien se trata de un caso extremo, están seguros de que el albatros fotografiado por Cynthia Vanderlip había ingerido todos los residuos que se ven en su cuerpo descompuesto. Según dicen, la única duda es si todos esos plásticos se los comió el ave sola o se los dieron sus padres.

Ave hallada en un atolón de Hawai.

Siempre que encontré basura acumulada en la costa que parecía haber sido arrastrada por el mar, imaginé que en su mayoría provenía de residuos vertidos desde barcos. Sin embargo, tras bucear en informes científicos del PNUMA y de la propia fundación Algalita, resulta que el 80 por ciento de estos residuos proviene de tierra firme. Y de este porcentaje, el 90% son plásticos: más de 4 millones de toneladas que acaban en los océanos cada año y que perduran en el medio ambiente hasta mil años.

La organización ecologista Greenpeace ha advertido de que se conocen al menos 267 especies diferentes que se han enredado o han ingerido algún tipo de material plástico: aves, tortugas, focas, leones marinos, mamíferos como delfines o ballenas y peces. Según informes de Naciones Unidas, hasta un millón de aves y 100.000 mamíferos marinos, mueren cada año por comer o quedar atrapados en desperdicios plásticos.

Los plásticos, además absorben otros contaminantes tóxicos y peligrosos que pueden estar presentes en el mar, (como contaminantes orgánicos persistentes), multiplicando su peligro.

Confundidos por alimentos, la ingestión de los plásticos afecta especialmente a las tortugas y a las aves marinas, pero constituye también un problema para los mamíferos marinos y los peces. Los residuos pueden obstruirles el tracto digestivo o llenarles el estómago, provocando malnutrición, inanición y, potencialmente la muerte.

Bote recogido en la playa de Ancoradoiro (A Coruña) hace dos años

En el caso de las aves marinas, 111 de 312 especies han ingerido basura. Uno de los efectos perjudiciales es la pérdida de peso como consecuencia de una falsa sensación de saciedad y el fracaso a la hora de ganar las reservas de peso necesarias para emigrar y reproducirse.

Cuando los residuos plásticos llegan a los océanos, no se degradan fácilmente. Pero sí que se erosionan y se fragmentan hasta transformase en pedazos diminutos del tamaño de un grano de arena que son ingeridos por pequeñas especies filtradoras, que a su vez son el alimento de peces y de otros animales marinos, que luego sirven de alimentos al ser humano.

Según el PNUMA, en los océanos hay en torno a 13.000 fragmentos de plásticos flotando por cada km2. Sobre estas balsas flotantes que navegan por los océanos siguiendo las corrientes marinas, se adhieren pequeñas criaturas que recorren largas distancias hasta llegar a costas extranjeras y donde, como en el caso del mejillón cebra en el Ebro, pueden causar graves daños a los ecosistemas. Los residuos plásticos se convierten de esta manera en un vector de especies invasoras que compiten por los recursos con las especies autóctonas.

¿Cómo llegan estos plásticos al mar desde tierra? Pues a través de una lluvia torrencial que arrastra todos los residuos callejeros por la red de alcantarillado, de vertidos industriales, de vertederos, de basura dejada por los turistas en la costa (juguetes, botellas de PVC, bolsas u otros plásticos olvidados en la playa, de plástico).

*Vanessa Sánchez es ambientóloga y trabaja en la Fundación Global Nature