Ene. 28 2009
Islandia se ceba con las ballenas
Las autoridades islandesas han autorizado la pesca de 300 ballenas, cuando en 2008 sólo se permitía la de 49 ejemplares
[Público]
Las autoridades islandesas han autorizado a partir de 2009 la pesca de 150 ejemplares anuales de rorcual común y otros tantos de rorcual aliblanco durante los próximos cinco años, informó la emisora Radio de Islandia. La cuota permitida el año pasado era de 9 rorcuales comunes y 40 aliblancos.
El ministro saliente de Pesca, Einar Gudfinnsson, justificó la decisión apelando a las recomendaciones del Instituto de Investigaciones Marinas de Islandia. El presidente de Islandia, Olafur Ragnar Grimson, ha encargado a la Alianza socialdemócrata la formación de un Gobierno de minoría con el Movimiento de Izquierda Verde hasta las elecciones anticipadas del próximo 9 de mayo.
El Movimiento de Izquierda Verde se opone a la caza de ballenas, por lo que es posible que el aumento de la cuota aprobado por Gudfinnsson sea revocado dentro de unos días por un hipotético Gobierno de izquierdas.
Islandia acabó en 2006 con 20 años de prohibición de caza comercial de ballenas al permitir la captura de 30 rorcuales aliblancos y 9 rorcuales comunes. Las autoridades de este país nórdico apelaron entonces al escaso impacto ecológico, la necesidad de aprovechar los recursos marinos y la falta de un acuerdo internacional para justificar la medida.
Japón, a la caza de la ballena jorobada
La reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), celebrada antes del verano en Chile, se clausuró este año sin decisiones que modifiquen los actuales acuerdos en materia de caza de ballenas. De este modo, Japón ha proseguido con la caza científica en la Antártida y las comunidades indígenas de Groenlandia, Rusia y Alaska continuarán ejerciendo la caza de subsistencia.
Para los ecologistas, el fracaso de nuevos acuerdos durante la asamblea supone un triunfo de los países balleneros, como Japón, Islandia, Noruega y Groenlandia. Según Bárbara Galleti, del Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat, “los países balleneros no han cedido en nada. Japón debió congelar sus programas de caza científica”.