Mar. 04 2008

Ácido en el océano

La mitad del CO2 que se emite a la atmósfera es absorbido por los mares y provoca su acidificación, lo que afecta seriamente a los arrecifes de coral

Un grupo de peces nada en un arrecife de coral del Mar Rojo. AFPSERGIO ROSSI - Público

Durante los últimos 200 años, cerca del 50% del CO2 emitido a través de los combustibles fósiles ha sido absorbido por los océanos del planeta. Este aparente buen dato de mitigación de un gas de los llamados de efecto invernadero y de los más peligrosos, tiene un efecto perverso todavía poco entendido, pero que ya ha empezado a producirse: la acidificación de nuestros mares.

Aunque el proceso es algo complejo, la conclusión es que esa acidificación, medida como pH (o concentración de iones H en el agua) va a afectar, de forma irreversible, a muchos organismos marinos, hasta el punto de que puede acabar, incluso, con determinados arrecifes de coral, sobre todo de la zona austral.

El pH de las aguas que componen los mares es ligeramente alcalino (pH 8-8.3), es decir, supera el pH neutro (que se cuantifica como pH 7). Como es lógico, los ciclos de vida de los organismos se han adaptado a estas condiciones de pH, que no siempre fueron así. “Sabemos que, hace unos 55 millones de años, los mares eran bastante más ácidos que ahora, lo que produjo la desaparición de muchas plantas y animales marinos de nuestro planeta”, comenta Ken Caldeira del Instituto Carnegie de Washington. “El problema”, añade el experto, “es que ahora la acidificación se ha acelerado respecto a ese periodo”.

Hace 55 millones de años

Todo esto significa que el pH disminuye a una velocidad sin precedentes. De hecho, lo que se sabe a ciencia cierta es que, respecto al llamado periodo pre-industrial, el pH ha bajado unas 0,1 unidades a día de hoy. “Fueron necesarias unas 2.000 gigatoneladas de CO2 para llegar a los niveles de pH que entorpecieron los ciclos de determinados organismos marinos hace 55 millones de años”, apunta James Zachas del Departamento de Ciencias Terrestres y Planetarias de la Universidad de Santa Cruz, en California.

“Según cálculos recientes, sin embargo, nosotros podríamos llegar a producir 5.000 gigatoneladas de CO2 en los próximos 300 años”, añade Zachas. Como explica el experto, “eso sería mucho más CO2 en los océanos, que se acidificarían más y más deprisa que en aquella remota época”. No hace falta irse tan lejos. En el año 2100, según los cálculos de los expertos, el pH podría haber caído entre 0,3 y 0,4 puntos.

Quizá ese rango de oscilación en estos valores no parezca excesivo, pero hay que recordar que estamos hablando de escalas logarítmicas (el pH se mide de esa forma) y que el aumento de iones no es bueno para la formación de carbonato de calcio (CaCO3), del que dependen infinidad de organismos para lograr crear sus estructuras, conchas o protecciones.

Es el caso, por ejemplo de los arrecifes coralinos. “Sabemos que los corales han aparecido y desaparecido a lo largo de los últimos 200 millones de años”, comenta Adina Paytan, investigadora de la Universidad de Stanford en California. “Y se ha probado que la acidificación de los océanos coincide con algunas de esas lagunas temporales en las que estos bioconstructores desaparecen. La bajada del pH, explica la científica estadounidense, “disminuye la disponibilidad de material para construir conchas, estructuras o protecciones”.

Los organismos suelen conseguir adaptarse a este tipo de situaciones, pero, en el caso de los corales, el problema puede ser que la acidificación desemboque en la desaparición del arrecife en sí. “Son cunas de biodiversidad, refugio y fuente de alimento para una inmensa cantidad de especies”, explica Paytan.

Mapa del problema

Los científicos que han estudiado este problema han podido realizar un mapa en el que se ofrecen aproximaciones de dónde afectaría más la acidificación. Según sus conclusiones, las aguas de la zona austral del planeta serán las más afectadas. Y allí es donde se concentra más vida.

Muchos organismos planctónicos lo tendrán más difícil para sobrevivir, como unas pequeñas algas llamadas cocolitofóridos o unos protozoos muy abundantes, los foraminíferos. Son base de la cadena alimentaria, y la imposibilidad de crear sus estructuras de CaCO3 (principalmente aragonita y calcita) tendrá consecuencias en su ciclo de vida.

Otros organismos pueden también sufrir las consecuencias, especialmente, todos aquellos que tengan como base de su existencia la formación de algún tipo de concha. A este proceso se le llama acidosis, y se sospecha que incluso algunos peces y otros organismos superiores podrían padecerlo.

La acidosis es grave porque podría deprimir el sistema inmune, alterar las relaciones metabólicas y producir dificultades respiratorias. Pero no todos saldrán perdiendo. “Hay muchos grupos de algas que no basan su existencia en la formación de estructuras carbonatadas”, dice Scott Doney, del departamento de química marina del Instituto Woods Hole. “Sin embargo”, reconoce el experto, “la alteración debida a la acidificación de nuestros océanos es una verdadera incógnita”.

“No ha habido una situación como la actual”

La doctora Patrizia Ziveri, del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona, es una investigadora Ramón y Cajal cuyo trabajo científico se basa, en gran parte, en el estudio de las causas y consecuencias de la acidificación de los océanos. En enero de este año se ha producido una importante reunión en Las Palmas sobre este tema donde, tal y como explica la experta, se discutieron las bases científicas que se deben presentar, sobre todo, al Comité sobre Cambio Climático de la UE, así como a la propia comunidad científica. “También se describieron y comentaron las posibles consecuencias socioeconómicas de un cambio ambiental de tanta envergadura”, añade la experta.

¿Desde cuándo se estudia la acidificación de los océanos?

En realidad, hace poco que se ha empezado a estudiar. Sólo ahora, cuando hemos empezado a ser conscientes del problema, se están realizando reuniones y se están financiando proyectos.

La velocidad de acidificación, ¿es similar a la de otras épocas geológicas anteriores?

Todavía es pronto para decirlo, pero todos los indicios apuntan a que no ha habido una acidificación tan rápida como la actual, excepto, quizás, en el famoso límite K/T: cuando se extinguieron los dinosaurios.

¿Se han hecho experimentos de acidificación con el plancton capaz de realizar la fotosíntesis?

Mi grupo está desarrollando experimentos en los que, en cultivos, se observa la disminución de la calcificación a medida que aumenta la acidificación del agua.

¿En qué proyecto relacionado sobre la acidificación estás trabajando ahora?

Trabajo en dos líneas principales: la primera estudia la respuesta de los organismos ante la acidificación. La segunda investiga cómo, en el pasado, organismos similares respondieron ante fenómenos de acidificación también similares.

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