Ene. 02 2008

El 80% de los residuos que hay en los océanos se arrojó en tierra firme

La ingestión de esta basura afecta sobre todo a aves marinas y tortugas

Por VANESSA SÁNCHEZ*

MADRID.- Esta imagen de la Fundación de Investigación Marina Algalita fue tomada en el atolón Kure, en Hawai. Los expertos de esta organización estadounidense especializada en la contaminación con plásticos de los océanos afirman que, si bien se trata de un caso extremo, están seguros de que el albatros fotografiado por Cynthia Vanderlip había ingerido todos los residuos que se ven en su cuerpo descompuesto. Según dicen, la única duda es si todos esos plásticos se los comió el ave sola o se los dieron sus padres.

Ave hallada en un atolón de Hawai.

Siempre que encontré basura acumulada en la costa que parecía haber sido arrastrada por el mar, imaginé que en su mayoría provenía de residuos vertidos desde barcos. Sin embargo, tras bucear en informes científicos del PNUMA y de la propia fundación Algalita, resulta que el 80 por ciento de estos residuos proviene de tierra firme. Y de este porcentaje, el 90% son plásticos: más de 4 millones de toneladas que acaban en los océanos cada año y que perduran en el medio ambiente hasta mil años.

La organización ecologista Greenpeace ha advertido de que se conocen al menos 267 especies diferentes que se han enredado o han ingerido algún tipo de material plástico: aves, tortugas, focas, leones marinos, mamíferos como delfines o ballenas y peces. Según informes de Naciones Unidas, hasta un millón de aves y 100.000 mamíferos marinos, mueren cada año por comer o quedar atrapados en desperdicios plásticos.

Los plásticos, además absorben otros contaminantes tóxicos y peligrosos que pueden estar presentes en el mar, (como contaminantes orgánicos persistentes), multiplicando su peligro.

Confundidos por alimentos, la ingestión de los plásticos afecta especialmente a las tortugas y a las aves marinas, pero constituye también un problema para los mamíferos marinos y los peces. Los residuos pueden obstruirles el tracto digestivo o llenarles el estómago, provocando malnutrición, inanición y, potencialmente la muerte.

Bote recogido en la playa de Ancoradoiro (A Coruña) hace dos años

En el caso de las aves marinas, 111 de 312 especies han ingerido basura. Uno de los efectos perjudiciales es la pérdida de peso como consecuencia de una falsa sensación de saciedad y el fracaso a la hora de ganar las reservas de peso necesarias para emigrar y reproducirse.

Cuando los residuos plásticos llegan a los océanos, no se degradan fácilmente. Pero sí que se erosionan y se fragmentan hasta transformase en pedazos diminutos del tamaño de un grano de arena que son ingeridos por pequeñas especies filtradoras, que a su vez son el alimento de peces y de otros animales marinos, que luego sirven de alimentos al ser humano.

Según el PNUMA, en los océanos hay en torno a 13.000 fragmentos de plásticos flotando por cada km2. Sobre estas balsas flotantes que navegan por los océanos siguiendo las corrientes marinas, se adhieren pequeñas criaturas que recorren largas distancias hasta llegar a costas extranjeras y donde, como en el caso del mejillón cebra en el Ebro, pueden causar graves daños a los ecosistemas. Los residuos plásticos se convierten de esta manera en un vector de especies invasoras que compiten por los recursos con las especies autóctonas.

¿Cómo llegan estos plásticos al mar desde tierra? Pues a través de una lluvia torrencial que arrastra todos los residuos callejeros por la red de alcantarillado, de vertidos industriales, de vertederos, de basura dejada por los turistas en la costa (juguetes, botellas de PVC, bolsas u otros plásticos olvidados en la playa, de plástico).

*Vanessa Sánchez es ambientóloga y trabaja en la Fundación Global Nature

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